Atiéndenos señor te rogamos

Soy una vida inconclusa
Nada en mi ha finalizado, por que solo he comenzado.
Aun estoy en mi parto… aun permanezco en una incubadora.
Soy en un segundo el trago amargo y somnoliento de la muerte.

Ahora nada pacificara mi discreto daño.
Seré indiscreta el resto de mi vida.
Seré indiscreta con la vida y todos sus atardeceres.

Discrimino la placidez falsa… ese aparente deslumbrar que tienen los días de primavera, que me quema de tanto esperarla.Quiero adormecer el sentido de prosperidad que no existe.
La verdad no existe… es un tatuaje borrado por los años.Pero todo este flujo de desnudez no gozaría sino es por la considerable espera que he debido desafiar.La espera que medique, para anestesiarme, porque ahora, es de mi propiedad esta sucia sociedad. La necesidad que los encumbra a esculpir un dios, los ha llevado a enfrentar una muerte decidora y silenciosa. Han hecho un dios al cual le temen…un dios que no eligió más que un hijo.
Crearon un monstruo. Un efecto que bajo conciencias, retarda y aletarga el dolor.Alguien a quien culpar, alguien que a pesar de vuestros destrozos con todo lo terrenal, los amparará de cualquier modo.
Un ser grandioso que os hará descubrir un paraíso inexistente.
Pero calma a la hora de la defunción. La soledad, los traerá abajo. Si no lo hubiesen creado, residirían muertos.
Bienaventurados. Sean.

El ego os derrumbo, con tanta buena intención, tantas iglesias… no debería existir desdicha en tan grandes proporciones. No compasión. Hay que ver en donde esta el engaño. Porque de nada sirve, tener un cura bien alimentado para que entregue una palabra de aliento a quienes no lo necesitan.
No tiene asunto un papa rico y lujoso. No esta correcta entonces su política.
Pero desde este desdeñado rincón, me reverdezco para practicarles una autopsia.

Estad muertos desde que el ego os consumió. Han perecido en su propia mentira. Se auto falsean para parecer mejores ciervos. Sois zombis.
Huelen mal, y creo que son feos… no parecen ovejas. Sino una rara mezcla de pretéritos cernícalos aterradores y corrompidos en su propia visión.

E sido reveladora y no me importa, la vida me odia y yo a ella
Si ese dios esta creo que me odia también, pero curiosamente, me da lo mismo.
Ciertamente no soy “bienaventurada”, pero ante el ejemplo de tan bella religión, es mejor estar maldita y no ocultarme en la insaciable compasión.
Espero discreción acerca de lo que ofrezco aquí. La intención es que ninguno deje de creer, o crea mas… me da lo mismo, porque espero se pudran mas, quiero vivir solo para verlos caer, mi panorama mejor es disfrutar de verlos arrodillados pagar favores que nunca les han hecho. Entrar en la iglesia a ver como se culpan. Y de que manera juzgan, que sigan así, no merecen mayor castigo. Por teorizantes.
Su mayor castigo lo crean ellos.

Una burla a los voraces, un llamado hipócrita a esos mini demonios que han matado a la verdad.